El próximo 15 de octubre, diversos sindicatos han convocado huelgas, paros y movilizaciones en solidaridad con el pueblo palestino. Desde nuestra organización, queremos expresar una adhesión crítica a esta jornada, reconociendo la urgencia de denunciar el genocidio que el Estado de Israel ha ejercido durante más de ochenta años, pero también señalando las contradicciones y limitaciones del actual planteamiento.
La situación en Gaza y Cisjordania, agravada por la represión a iniciativas como la Summud Flotilla y el boicot a la Vuelta a España, exige una respuesta contundente y como sindicato anarcosindicalista, no miraremos hacia otro lado. La solidaridad internacionalista no es una palabra vacía: es nuestra práctica y nuestra fuerza.
Aunque desde nuestra perspectiva, el enfoque de la convocatoria a derivado en una instrumentalización política que sectores de la izquierda parlamentaria están haciendo de esta tragedia.
Esto debe hacernos reflexionar: ¿para qué convocamos huelga? ¿en beneficio de quién?
La huelga es nuestra herramienta más potente: no se regala; se construye desde abajo con organización obrera y sin tutelas, desde la base, con organización autónoma y sin depender de sindicatos verticales que instrumentalizan nuestras legitimas luchas.
Nos preguntamos si una huelga convocada lejos de los centros de trabajo realmente contribuye a politizar a la clase trabajadora en su autoorganización contra empresarios y gobiernos, o si simplemente responde a las dinámicas y los intereses del poder más mediático.
Por ello, antes de secundar una huelga por Palestina, debemos preguntarnos si está siendo preparada desde abajo, desde los centros de trabajo, o si es una iniciativa organizada desde arriba muy convenientemente en un momento en el que cabe recordar que el gobierno español no ha indultado a nuestras compañeras de la Suiza, incumple sus promesas laborales, reprime huelguistas y está acosado por casos de corrupción.
Por lo tanto, rechazamos que la lucha por palestina se utilice como instrumento electoral por quienes han traicionado otras luchas populares como la del pueblo saharaui.
Si una huelga no va a tener efectividad real y sólo sirve para reforzar la imagen de quienes reprimen aquí y simulan empatía fuera, debemos preguntarnos si existen otras formas más coherentes de mostrar nuestra oposición frontal al genocidio en Gaza y nuestra solidaridad con las clases trabajadoras palestinas.
Desde una perspectiva anarcosindicalista, creemos que la lucha contra el genocidio no puede limitarse a paros simbólicos. Es necesario atacar el corazón del capital: las fábricas de armas que operan en nuestra región y se lucran con el sufrimiento humano. Cientos de empresas siguen produciendo armamento que perpetúa conflictos en Gaza, Yemen, Ucrania, Sudán del Sur y otros territorios. La verdadera huelga debe paralizar estos sectores, debe ser una acción directa que cuestione el sistema productivo que alimenta la guerra, que bloquee todos los sectores productivos y que afecte de manera significativa a la patronal.
Apoyamos el boicot al Estado de Israel y a todas las empresas implicadas en el negocio bélico, consideramos que por ejemplo tanto las movilizaciones encaminadas a paralizar La Vuelta a España, como todas las acciones de boicot son ejemplos del camino a seguir para tener un impacto y una influencia real que sea capaz de presionar a los gobiernos y elites de manera eficaz. No es en vano que nos adherimos a la iniciativa de Boicot, Desinversión, y Sanciones en junio del año 2024.
Bajo los principios del asamblearismo, la acción directa y el antiautoritarismo, animamos a la clase trabajadora a ejercer toda su influencia en sus espacios inmediatos, secciones sindicales, asambleas, barrios, centros de trabajo, en las calles, organizadas luchando ante toda opresión.
La solidaridad no puede ser selectiva ni instrumentalizada. La lucha contra el genocidio, el militarismo y la represión sindical debe ser coherente y efectiva. Apostamos por una clase trabajadora organizada, combativa y solidaria. Por una alternativa revolucionaria real que aspire a derrocar al capital y tenga como ultimo objetivo la emancipación total de la clase trabajadora.
Así pues, con el objetivo de encaminarnos hacia una Huelga General de solidaridad internacionalista, seguimos organizándonos desde abajo para, más temprano que tarde, tomar las calles con éxito sin estar sometidas a los intereses partidistas con la complicidad de las centrales sindicales verticales que operan en el estado español, que nos marcan sus tiempos en beneficio propio, con el único fin de seguir protegiendo los intereses del imperialismo neoliberal más atroz.
Desde esta mirada crítica y siendo conscientes de la gravedad de la situación actual que está viviendo el pueblo palestino llamamos a toda la afiliación y a toda la clase trabajadora a: Inundar las calles con una participación masiva en las manifestaciones y concentraciones.
¡Viva la lucha internacional de la clase trabajadora!
CNT con el pueblo palestino y todos los pueblos oprimidos del mundo, ¡su lucha es nuestra lucha!
